Cinco castillos japoneses que no te puedes perder - Japanspecialist
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Cinco castillos japoneses que no te puedes perder
Cinco castillos japoneses que no te puedes perder
1. Castillo de Himeji
El castillo de Himeji (姫路城, Himeji-jō), en la prefectura de Hyōgo, es, sin duda, la joya de la corona de todas las fortalezas niponas que se conservan en la actualidad. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993 y Tesoro Nacional, ha logrado superar desastres naturales y guerras, convirtiéndose así en uno de los doce castillos originales que han sobrevivido al paso del tiempo y el más visitado del país. Los orígenes de la Garza Blanca (白鷺城, Hakuro-jō), sobrenombre por el que también se conoce a este bellísimo complejo defensivo, se remontan a la primera mitad del siglo XIV, momento en que los señores de la provincia de Harima ordenaron la construcción de una fortificación, todavía de modestas dimensiones. En torno a 1580, bajo los designios de Toyotomi Hideyoshi, sufrió una significativa transformación: su torre principal se convirtió en un edificio de tres plantas y quedó rodeado por varios cinturones de muralla, a cuyos pies florecería una ciudad feudal. En 1601, Ikeda Terumasa, yerno de Tokugawa Ieyasu, primer shōgun de la era Edo, comenzaría un ambicioso proyecto de ampliación que se prolongaría durante ocho años. De esta manera, las sucesivas intervenciones arquitectónicas convertirían al de Himeji en el que es hoy el más impresionante complejo defensivo de Japón, con un inexpugnable y laberíntico cinturón amurallado y un equilibrado e imponente castillo.
Web oficial: https://www.himejicastle.jp
2. Castillo de Matsumoto
En la prefectura de Nagano, se alza el castillo de Matsumoto (松本城, Matsumoto-jō), del que también se conserva su estructura original, que se remonta al siglo XVI. En contraste con el blanco enlucido del castillo de Himeji, el de Matsumoto se caracteriza por el peculiar color oscuro de sus paredes, razón por la que recibe el apelativo de Cuervo Negro. Declarado Tesoro Nacional, destaca en la singular arquitectura de esta fortificación su delicado puente tradicional que cruza el foso y el pabellón expresamente construido para contemplar la luna (Tsukimi Yagura), símbolo de la nueva era de paz iniciada con el período Edo.
Web oficial: https://www.matsumoto-castle.jp
3. Castillo de Kumamoto
Katō Kiyomasa, el primer señor del castillo de Kumamoto (熊本城, Kumamoto-jō), ubicado en la actual prefectura homónima, en la isla de Kyūshū, concluyó su construcción en 1607. Entre lo más destacable de este elegante castillo, cabe mencionar sus esplendorosos salones, que reviven la refinada atmósfera de tiempos pasados. Todavía se conservan algunos edificios auxiliares con estructuras originales, si bien la parte principal del castillo es una reconstrucción de 1960. A lo largo de sus más de cuatrocientos años de historia, el castillo de Kumamoto ha sufrido múltiples avatares. El último de ellos, el terremoto de 2016 que dañó seriamente su estructura. La reapertura al público tras su rehabilitación está prevista para 2021.
Web oficial: https://castle.kumamoto-guide.jp
4. Castillo de Osaka
Toyotomi Hideyoshi comienza en 1583 la construcción del castillo de Osaka (大阪城, Ōsaka-jō), fortificación sin parangón en su época y testigo de grandes hitos históricos. Tras la derrota de Toyotomi Hideyori, hijo de Hideyoshi, en 1615, el castillo será destruido y caerá en manos del clan Tokugawa, que cinco años después comenzará su reconstrucción. Víctima de incendios y conflictos armados, el actual castillo de Osaka, con una superficie que abarca un kilómetro cuadrado, es una reconstrucción moderna de la fortaleza original, que hoy en día cuenta hasta con ascensores en su interior.
Web oficial: https://www.osakacastle.net
5. Castillo de Nijō
En 1603, Tokugawa Ieyasu recibía del emperador el título de seii-taishōgun (shōgun). Ese mismo año quedaba completa la construcción de la que sería residencia oficial del shōgun en Kioto: el castillo de Nijō (二条城, Nijō-jō). En su interior, el Palacio Honmaru que vemos en la actualidad corresponde al Palacio Katsura-no-Miya, reubicado en este emplazamiento en 1894, tras la desaparición de la estructura original en un incendio a finales del siglo XVIII. La magnífica puerta Kara-mon y el Palacio Ninomaru, con sus fastuosos salones, los curiosos suelos de ruiseñor, que alertaban de intrusos, y sus maravillosos jardines, nos trasladarán al esplendor de tiempos pasados envueltos en la atmósfera que desprende este castillo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Web oficial: https://nijo-jocastle.city.kyoto.lg.jp
Los castillos japoneses son una verdadera atracción turística, y una excelente oportunidad para aprender más sobre la historia y la cultura japonesa. Cada uno de ellos es único y cuenta con una fascinante historia detrás de su construcción y uso. Además, su belleza y majestuosidad son una muestra del impresionante legado cultural que los japoneses han heredado del pasado.