María Lanzat

Mi pasión por Japón se remonta a mi infancia: las cosas bonitas o kawaii siempre me han sacado una sonrisa; la mayoría de los dibujos animados que veía eran japoneses y Nintendo me ha acompañado desde pequeña.

Con el tiempo he aprendido más sobre su fascinante cultura y mi curiosidad hacia el país no deja de crecer. Me encanta cómo conviven entre la tradición más arraigada y la tecnología más avanzada. Y de la misma manera disfruto combinando en mis viajes la arquitectura moderna con sus paisajes naturales; su arte contemporáneo y los tradicionales onsen; el frenético mundo de las máquinas recreativas y la práctica de la meditación o Zazen.

Durante mis viajes he vivido momentos irrepetibles como asistir a la clausura del mercado de Tsukiji, que me inviten a una ceremonia del té privada en el santuario Heian en Kioto, que una banda me enseñe a tocar el taiko en las calles de Matsue o perderme en el bosque de bambú de Arashiyama y encontrarme sola en un templo que se ha convertido en uno de mis sitios favoritos del mundo.

Me encanta ayudar a nuestros clientes para que se pierdan por zonas rurales, tengan la oportunidad de vivir una fiesta local y visiten lugares con un encanto especial que no aparecen en las típicas guías de Japón.

¿Empezamos la aventura?