Nagoya

Sobre Nagoya
Nagoya se encuentra a mitad de camino entre Tokyo y Osaka, es la cuarta ciudad más grande de Japón, con dos millones de habitantes. La ciudad es la sede central de la empresa Toyota y tiene un interesante centro urbano. Puede que no sea tan famosa como Tokyo y Osaka, pero tiene un distintivo encanto local.

Arquitectura futurista e historia antigua de los samuráis
Vista desde fuera, la zona de la estación de Nagoya parece sacada de una película de ciencia ficción, y un paseo nocturno por la zona de ocio de Sakae, te resultará de lo más llamativo. Aquí encontrarás luces de neón, rascacielos, norias, incontables karaokes y buenos bares y restaurantes. También encontrarás donde hacer compras y disfrutar de su deliciosa comida. Prueba el miso-katsu, una chuleta de cerdo empanada servida con una salsa hecha con miso rojo. Si te interesa la historia, deberías visitar el castillo, situado en la parte noreste de la ciudad. Esta reconstrucción atestigua el poder de la rama local de la dinastía Tokugawa durante el periodo de los samurái. Visita también el cercano Museo de Arte Tokugawa, con su precioso jardín de estilo japonés. Además, aquí podrás ver algunos de los muchos tesoros que pertenecieron a la familia del jefe samurái de la zona, una de las más ricas del país. Por último, cada mes de julio, la ciudad celebra un gran torneo de sumo que no puedes perderte si estás en la ciudad.

Otros atractivos de Nagoya
A una hora en tren se encuentra la ciudad de Toyota y el Museo del Automóvil Toyota Kaikan. Desde aquí, puedes hacer también un tour por la fábrica de Toyota. Las visitas se realizan de lunes a viernes (excepto festivos) y son en inglés. La participación es gratuita, pero hay que reservar hora con antelación en su página web. Otro lugar destacado es Legoland, a unos 45 minutos al sur de Nagoya. Ver algunos de los sitios más famosos de Japón construidos en Lego es toda una experiencia. Junto a Legoland está el Museo del Ferrocarril de Nagoya, donde puedes ver cómo el orgulloso sistema ferroviario japonés se ha ido transformando.